Os presento a Rocío, una chica joven y alegre, que se puso en contacto conmigo porque su médico le recomendó hacer ejercicio.

Os pongo en situación, Rocío mide 1,70 y acababa de superar un cáncer de mama, bueno superado entre comillas, en ese momento aún quedaba un largo camino. Además anteriormente, Rocío llevaba una vida muy sedentaria, con una mala alimentación diaria y en general, malos hábitos de vida.

Me dijo que necesitaba hacer ejercicio, le informé de  mis tarifas y decidió comprometerse a entrenar 3 días/semana, valoramos junto con su médico especialista y un nutricionista como íbamos a actuar.

El comienzo fue difícil, además seguía con tratamiento, había limitaciones de movilidad por las operaciones y no le gustaba hacer ejercicio físico, aunque ella desde un comienzo, puso lo mejor de si misma.

Recuerdo como con ejercicios de respiración y movimientos simples se fatigaba. Rápido subían sus pulsaciones y había que regular, pero poco a poco fue mejorando, pasaban los meses y los entrenamientos mejoraban además de sus parámetros médicos.

Adherencia

Como entrenador puse el foco en que Rocío viera los entrenamientos como un reto y no como algo aburrido, nos costó, pero se consiguió. Además tuvo que cambiar su dieta y sus hábitos. Poco a poco generó una gran disciplina, hasta día de hoy.

Entrenamiento

Desde un comienzo, nos centramos en la movilidad y la fuerza junto con la coordinación y el equilibrio. Además, combinaba 10-15´de elíptica en su casa, que le marcaba los días que quería que lo incluyera. Pasaban los meses y Rocío mejoraba en los entrenamientos, además íbamos mejorando en valores de masa ósea, pérdida de grasa y ganancia de masa muscular. Algo que no fue nada fácil, teniendo en cuenta su medicación, concretamente letrozol. Pero sí, poco a poco fuimos ganando la batalla. Tras unos meses, aumenté la intensidad en sus entrenamientos, y comenzamos a combinar fuerza y resistencia. Uno de los principales objetivos eran aumentar su masa ósea ya que aún teniendo 27 años, la desmineralización del tratamiento y otros factores, hicieron que tuviera osteoporosis, por otro lado, era conveniente bajar de peso. Su peso inicial fue de 92kg, actualmente pesa 76kg, en cuanto a su calidad y masa ósea, ha mejorado tanto, que está en valores normales.

Operación

Tras un año entrenando, Rocío era capaz de correr, mover cargas altas, moverse de manera explosiva, podía estar 50 minutos en la elíptica y no le suponía un esfuerzo inmenso, completaba circuitos de fuerza-resistencia de 15-20 minutos, habíamos ganado casi todo el rango de movilidad en un brazo, mejoró en fuerza, en movilidad, en reflejos, ritmo, y lo más importante le ¨molaba¨ entrenar.

Aunque al poco tiempo hubo que afrontar otra operación, no tenía peligro, pero había que parar máquinas por unos días. Me acuerdo de la preocupación de Rocío, me preguntaba si iba a perder u olvidar todo lo ganado, yo le dije que no, que todo ese esfuerzo y esa base se iba a ver recompensado en una buena y rápida recuperación. Y así fue, de nuevo, otro bache superado.

A Día de Hoy

¨Gonzalo se me caen los pantalones¨, recuerdo como me decía eso Rocío, mientras se los subía y se los ataba fuertes y aún haciendo eso, se le caían.

Ha costado, pero lo hemos conseguido. Hoy entrena conmigo en T-center, mueve clubbell de 16 kg, realiza peso muerto con 80 kg, sabe esprintar, saltar, colgarse y moverse como nunca lo hubiera imaginado.

En el presente tiene una salud plena, le gustan sus nuevos hábitos, es amante del deporte y de los retos.

Para finalizar, me gustaría darte de nuevo mi enhorabuena y las gracias por este aprendizaje mutuo que seguimos compartiendo ¡eres una guerrera!