María Rosa es una mujer de 68 años, con una vida familiar a sus espaldas larga en la que se ha dedicado en cuerpo y alma al cuidado, primero de sus hermanos, después de sus hijos y nietos, y siempre, de su casa; olvidándose en demasiados casos de ella misma y de su salud para dedicarse a la de los suyos.

Viene de una infancia marcada por la escasez en la que sus padres no podían darle todo lo que querían a sus hijos ni en forma de privilegios, ni de regalos, ni de comida.

Por eso, para ella es difícil decir que NO. Es difícil cambiar el paradigma y ver en un niño con sobrepeso un niño con un problema metabólico y no al contrario: un niño que puede comer todo lo quiere, y no como ella.
Viene de unas décadas donde el deporte era ocio, porque la mayoría de los trabajos eran físicos y extenuantes, ella trabajó en el campo durante 20 años.

Ahora es una persona con comodidades que piensa que comer más es mejor, que vive bajo la lluvia incesante de la publicidad y el marketing delante de la TV en un sofá cómodo y en una casa grande y bien climatizada.
María Rosa tiene la vida que siempre ha merecido, pero es nuestra misión hacerle entender que el empoderamiento empieza con la autonomía, con la posibilidad de ser independiente durante más años y que los años de su infancia son diferentes a los de ahora.

 
No tiene que comer comida que no necesita, no “todo vale todo el tiempo”, lo que come marcará su energía y lo que se mueva su autonomía. Necesita entrenar como forma de cuidar sus articulaciones; estar en el sofá o reposar no son la solución, por mucho que se lo digan y las mil cajas de medicamentos que tiene en su cajón no son su seguro de vida. Lo que ella necesita es reaprender, pero aún puede hacerlo, porque está deseando que la enseñen, que alguien le explique y la motive a ser esa mujer fuerte que aún puede ser. Solo quiere saber cómo y que la acompañen en el camino, nadie quiere envejecer antes de tiempo ni quiere ver aparecer la enfermedad.

Por eso es necesario saber que el secreto de la juventud no es huir de la vejez desde un sillón rodeada de alimentos, el secreto de la juventud es ir a buscarla con acciones y buenos hábitos.