Caso real de Ana: No operamos si no es necesario

La medicina vive de la enfermedad, no pretendas que te curen

Este es el caso real de Ana, cuyo objetivo era evitar una operación y mejorar su calidad de vida.

En el video podéis ver su progreso en 20 semanas de entrenamiento. ¡Si queréis saber cómo hemos conseguido esto sigue leyendo este blog!

Cuando Ana entró por la puerta de T-Center, con muletas, sobrepeso cara triste y un andar que parecía que en algún momento se partiría en trozos, supe que tenía frente a mí uno de esos casos que requerían mucho más que conocimientos de entrenamiento.

“Víctor, me quieren poner una prótesis en la cadera, tengo una necrosis avascular de la cabeza del fémur. Yo antes estaba bien, pero a raíz de la vacuna del covid empecé a tener unos dolores horribles y eso fue hace dos años, ahora estoy bastante peor.

Me he puesto en manos de varios traumatólogos, fisioterapeutas y todo tipo de terapias alternativas y nunca he notado ni la más mínima mejora.

Estoy desesperada y triste porque con mis 57 años siento que mi calidad de vida es la de una persona anciana.”

Mientras que ella y su marido me explicaban profundamente todo, yo escuchaba atentamente todos los detalles. Es cierto que conozco muchos casos en los que la vacuna ha supuesto un estado inflamatorio agudo, el mismo covid, provoca inflamación de puntos articulares relacionados con estados emocionales deprimidos (hombros, caderas, muñecas y tobillos).

“Toma Víctor, estos son los resultados de mi resonancia magnética, a ver si con esto puedes encontrar solución a mi problema.” Lo miré con pocas esperanzas de encontrar nada más allá que los signos de necrosis, cosa que nos da poca o ninguna información de la raíz del problema. 

En la primera sesión quise saber sobre sus hábitos de vida, alimentación, descanso, ejercicio, relaciones sociales, adivinad…

Comida basada en carbohidratos refinados, nada de actividad física, descanso regular y todo esto siendo soportado por una actitud súper positiva, Ana siempre es positiva, siempre tiene una sonrisa en la cara, siempre tiene un “HAGO LO QUE ME DIGAS”.

Los pasos que hemos seguido

  • Primer paso, quitar el pan blanco (comía media barra al día).

  • Segundo paso, ampliar su ventana sin alimentos (ayuno) solo un par de horas después de levantarse. Esta estrategia tiene un impacto evidenciado por la ciencia sobre la desinflamación aguda, pero también sobre la mejora del ánimo y esto, lo necesitábamos.

  • Tercer paso, hacer media hora de bici estática en esa ventana de ayuno. Potenciar la Autofagia era otro de los pasos que nos ayudaría en el proceso de desinflamación.

  • Cuarto paso, el más complejo, saber respetar las dosis de ejercicio exactas para que su fuerza mejorase sin producir un mayor perjuicio.

Objetivo: no entrar en quirófano

Durante las primeras seis semanas tuve que trabajar su psicología, ella creía firmemente que no se curaría, y eso, eso, no ayudaba. 

“Ana, el cómo te hablas es tan importante como tu alimentación y tu ejercicio”.

Existen procesos en el cerebro que relacionan palabras con la secreción de neurotransmisores, hormonas del estrés o del bien estar. El cortisol, (la hormona del estrés) necesaria para el buen funcionamiento de nuestra salud en su dosis óptima, estaba presente en su vida de forma permanente por cómo se hablaba, por cómo ella se visualizaba en el futuro.

También tuve que trabajar en su relación con el dolor. Si bien es cierto que este es un proceso natural y necesario para no tener problemas mayores, deja de serlo cuando su intensidad es media/baja y nos permite soportarlo durante mucho tiempo, en ese momento se convierte en dolor crónico y/o inflamación crónica de bajo grado. Tuvimos que entender que el dolor como ella lo conocía NO ERA NORMAL. Que había que desaprenderlo para poder entenderlo de diferente manera.

Aprendimos en las primeras fases a respirar conscientemente, a utilizar el diafragma y su parrilla costal, a aliviar sus puntos de inflamación con automasajes. El poder de estas dos autoterapias es como el de las corrientes marinas, no se ven desde fuera, pero por dentro tienen una fuerza invencible. Estas dos estrategias (junto a otras de movilidad de columna) nos dieron un impulso en el bien estar de cada día.

Ana ya no venía triste, Ana venía sonriendo, ¡y solo habíamos aprendido a respirar y a no comer lo que no es de los seres humanos!

En las siguientes semanas pudimos probar nuevos ejercicios un poco más complejos para su estabilidad central del core (Complejos entendiendo la complejidad a la que ella podía acceder que era muy baja) pero esto también la empoderaba. También empezamos a poder hacer ejercicios de fuerza, hicimos nuestras primeras sentadillas CON DOLOR en la semana 5… ¡REPOSO DECÍAN LOS MÉDICOS!.

Unas semanas me decía que estaba mejor, otras que estaba igual, pero yo sabía que era parte del proceso y que objetivamente, llevábamos dos meses trabajando, poquísimo en comparación del tiempo que llevaba haciéndose daño (57 años).

Ahora añadí que tomara el sol cada día, que quitase todos los dulces (también los comía después de la comida, como desayuno o merienda). Incrementé en un par de horas sus ayunos (actualmente hace ventanas de 12 horas desde que se acuesta hasta que hace su primera ingesta).

También estoy incorporando intervalos de alta intensidad en su bici además de incluir pequeñas caminatas (dos a la semana) integrando la técnica aprendida en nuestras sesiones de entrenamiento.

Ana ha perdido 9 kg en 3 meses, hace sentadillas con 20 kg, sonríe, anda sin muletas y a penas sin dolor, no se medica, NO VA A ENTRAR A NINGÚN QUIRÓFANO.

¿Qué hemos cambiado? TODO

¿Qué iba a cambiar la medicina? NADA

La medicina es una herramienta que nos protege ante la muerte, pero no nos da la vida que queremos. 

Es un negocio, que nos hace creer que nos cuida porque nos da soluciones a corto plazo, el caramelo que todos queremos. 

Nunca sospecharías de quien te quiere cuidar, pero la realidad es que nos quieren vivos, enfermos durante muchos años, así somos más rentables.

Sospecha de quien te dé soluciones cortoplacistas, sencillas, sin esfuerzo propio.

Come saludable, entrena fuerza, duerme 8 horas y si tienes problemas de salud, ponte en manos de quien te haga trabajar duro.

Gracias Ana por confiar en el proceso, por comprometerte contigo misma y por contribuir a este caso real.

El entrenamiento personal te ayuda a mejorar tu calidad de vida, a curar patologías y a librarte del dolor.
¡En T-Center tenemos el entrenador perfecto para ti!

Artículo escrito por Víctor Téllez, Co-fundador de T-Center, Coach y Director de equipo de entrenadores personales. Formado con los mejores profesionales del movimiento humano, rehabilitación y prevención de lesiones.

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