Las personas resilientes no nacen, se hacen

Las personas resilientes no nacen, se hacen

Según la Real Academia de la Lengua, resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Cuando debemos afrontar retos deportivos personales, debemos añadir que la persona resiliente no sólo afronta situaciones traumáticas o complicadas sino que puede salir fortalecida de ellas. Pero, ¿a qué viene esto?

Te cuento, estaba esta mañana haciendo mi rutina de carrera en el parque y de repente, ¡pof!, como que me he empezado a hacer un lío y me he quedado sin ganas, sin energía. Ya sabes que cuando haces cardio en solitario no paras de pensar. Luego he tirado de recuerdos positivos y he retomado mi carrera. Esto me ha traído a pensar en las grandes ventajas de controlar un poquito de psicología deportiva, ya que la resiliencia nos ayuda a reestructurar los recursos psicológicos en función de nuestras necesidades del momento.

¿Cómo podemos desarrollar la resiliencia?

¡Sí!, la psicología deportiva puede ayudar a mantener la motivación y a desarrollar la voluntad y la disciplina necesarias para mantener la resistencia mental y la resiliencia. Hay personas que son resilientes porque han tenido modelos cercanos, pero otras lo son porque se han ido haciendo a sí mismas en un proceso de autoapredizaje. Todos podemos ser resilientes si cambiamos algunos de nuestros hábitos y algo de nuestra mentalidad. Por eso he repasado algunas pautas que pueden ayudar a mantener la actividad de forma constante y superar los momentos de fallo mental.

Lo primero es establecer objetivos claros y realistas. Es importante tener objetivos alcanzables a corto y largo plazo. Establecer objetivos realistas ayuda a mantener la motivación y a seguir adelante incluso cuando encaras desafíos que no creías poder abordar.

Hay que hacerse consciente de tus potencialidades y limitaciones, identificar y abordar las barreras internas y externas. Su identificación es básica, ya que  pueden impedir que te mantengas activo. Una vez identificadas se deben proponer estrategias para superarlas. Las barreras internas pueden incluir la falta de confianza en uno mismo, la falta de motivación y la falta de energía. Las barreras externas pueden incluir la falta de tiempo, la falta de acceso a instalaciones deportivas, el mal tiempo, etc.

Hay que aprender técnicas de manejo del estrés ya que la actividad física puede ser una excelente forma de manejar el estrés, pero también es importante aprender otras técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva. A veces estamos tan metidos en nuestras agitadas vidas que no somos capaces de mirarnos desde fuera para reconocer la vorágine de vida en la que nos encontramos. Es esencial confiar en nuestras capacidades y no intentar controlar las situaciones, que nos vienen impuestas en muchas ocasiones, sino manejar nuestras emociones y superar la necesidad de controlar todos los aspectos de nuestra vida, ¡es imposible! Las personas resilientes saben que no se puede controlar todas las situaciones, aprenden a lidiar con la incertidumbre y se sienten confiadas y cómodas aunque no tengan el control. Hay que centrarse en el control de las emociones cuando no se puede cambiar la realidad. Ese control nos ayuda a mantener la disciplina y los hábitos. 

Hay que utilizar la visualización. La visualización es una técnica que implica imaginar una situación deseada en la mente para lograr un estado mental positivo. Al visualizar el éxito y la superación de los desafíos, se puede fortalecer la motivación y la confianza en uno mismo, lo que nos ayuda en los momentos de debilidad mental.

También hay que buscar apoyo social. Es esencial rodearse de personas que te apoyen y te animen a mantener la actividad física de forma constante. Puede ser útil unirse a grupos de ejercicio o deportes en equipo, ya que esto proporciona una sensación de comunidad y motivación. Y, además, hay que rodearse de gente con una actitud positiva y crear una sólida red de apoyo que te sostenga en los momentos de duda o complicados.

También hay que practicar la autocompasión, ¡sí, sí!, hay que quererse a uno mismo. Es importante no ser demasiado duro consigo mismo cuando se enfrenta a momentos de fallo mental. La autocompasión implica ser amable y compasivo con uno mismo, lo que puede ayudar a superar los retos y seguir adelante.

 

Conclusion

Estas son solo algunas pautas que pueden ayudar a mantener la actividad física de forma constante y superar los momentos de debilidad. La psicología deportiva ofrece muchas más herramientas y estrategias para ayudar a mantener la motivación y la disciplina necesarias para mantenernos en los objetivos que nos marcamos. Y ahora, voy a por mis zapatillas y ¡al parque!

En T-Center te ayudamos a crear hábitos saludables y a mantener tu motivación. Entrena con nosotros y empieza un cambio a nivel físico y mental.

Artículo escrito por Ruben Sánchez, entrenador personal e instructor T-Mov Ground, T-Race y Clubbel, en T-Center.

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