Hablemos del calzado parte 1

¿Qué calzado usar para correr?

Sobre este tema han corrido y correrán ríos de tinta (o muchas teclas ajustando la expresión a los tiempos modernos). Por ello en este artículo voy a pasar a exponer mi opinión al respecto de que tipo de calzado.
Empecemos por lo básico y de sentido común: las zapatillas de running o correr o son para correr, un tipo de actividad dinámica y cíclica donde hay volumen considerable de impactos que deben ser absorbidos (gestionar las fuerzas) y generar una propulsión para seguir avanzando. Según el terreno donde sea el impacto será mayor o menor, asi como el terreno es importante, también el volumen de carrera e incluso los ritmos que manejes.
Entonces vamos al lío. No vamos a entrar en aspectos técnicos de una zapatilla, sino en aspectos claves que el calzado debe tener.

Partes del calzado, ¿qué partes tiene una zapatilla y cuál es su función?

  1. TALÓN
    Durante la carrera (depende la técnica) es la parte que va a tomar primero contacto con el suelo, es decir debe tener cierto refuerzo, así como una forma que invite a rodar sobre el medio pie transfiriendo el peso al mismo, no al talón, ya que esto daría lugar a una técnica incorrecta, lo ideal es entrar con el medio pie pisando lo más debajo del centro de gravedad posible, no delante, pero con la fatiga de los kilómetros, talonar es algo que va a ir apareciendo según se acumule la fatiga. Aquí encontramos donde se colocan refuerzos que modifican la pisada con lo típico de eres pronador y/o supinador, una modificación en la zapatilla no va a solucionarlo, simplemente va a crear una compensación pasiva, tu cuerpo no va a corregirlo, sino que algo va a llevarle a hacerlo, pero en cuanto esa ayuda desaparezca se volvería al patrón “defectuoso”, sin embargo con una zapatilla neutra el pie es libre de realizar una mecánica natural de la pisada, teniendo que abordar si eres pronador o supinador con un trabajo externo de fuerza y/o movilidad así como el trabajo de técnica para integrarlo.

  2. TALONERA 
    Esta zona debe tener como función darle un soporte de estabilidad a la articulación subastragalina del tobillo. Muchas veces vamos a encontrar irregularidades del terreno, lo ideal es que nuestro complejo pie-tobillo esté completamente adaptado y sea capaz de gestionarlo sin sufrir daño alguno, pero hoy en día donde tenemos embotados los pies lo más normal es que ante una inestabilidad imprevista se produzcan esguinces; por lo que una ayuda a esa estabilidad que permita al la subastragalina los movimientos de pronación y supinación propios del ciclo sería lo ideal.

  3. SUELA 
    Cada marca, cada zapatilla, tiene diferentes tipos de suela, con unas capas u otras, no vamos entrar en detalle de las propiedades de cada material, no es el objetivo. Pero sí debemos valorar que la zapatilla tiene la suficiente resistencia para el terreno que iremos, sino podemos quedarnos literalmente sin suela, hay suelas especiales para asfalto, pista, montaña, etc; así como la amortiguación debe poder tolerar nuestro peso, ya que no es lo mismo la amortiguación de una zapatilla para alguien que pesa 60 kg a alguien que pesa 90 kg, si nos pasamos por defecto, la vida útil de la zapatilla será mucho menor ya que le someteremos a un estrés que no está preparada, y si nos pasamos por exceso seguramente encontremos que es una zapatilla pesada. Además la suela debe ser muy flexible que permita tanto la pronación como la supinación, y una buena flexión que no limite la dorsiflexión tanto del tobillo como de los dedos donde podemos encontrarnos con “acortamientos” y/o sobrecarga del sóleo o gemelo en caso de que no pueda haber buen juego del tobillo y dedos en garra y/o hallux valgus/juanete en caso de que los dedos no puedan realizar su movimiento de forma libre y completa.

  4. HORMA
    La horma es la anchura que hay en el antepie o lo que es lo mismo, la forma de la punta y el espacio que habrá para los dedos. La moda aquí ha tendido hacia la punta, pero eso es totalmente contra natura ya que la forma de nuestros pies en un entorno natural tiende a ser amplia, con los dedos separados. Una horma muy cerrada lo que va a generar con un uso muy continuado es una atrofia de la musculatura interna del pie, así como una deformación de los dedos (juanete, dedos montados, etc). Ojo, esto no pasa normalmente si se usa un calzado cerrado sólo para correr y el resto del día se va con un calzado amplio que respete la biomecánica natural, pero éste no suele ser el caso ya que el calzado del día a día más común tiende a ser estrecho, más aun en el caso del calzado femenino.

  5. DROP
    El drop es la diferencia de altura entre el talón y la punta. Esto siempre ha generado bastante controversia. Ahora, vamos analizarlo: el drop supone una alteración de la postura (tiende al acortamiento de la cadena posterior) y una modificación de la biomecánica (postura de plantarflexión con un acortamiento de la cadena posterior, y aquí entra en juego el factor rendimiento u ocio/salud. Un drop de 6-9mm se ha relacionado en algunos estudios con una mejora del rendimiento, pero esto realizado con unos atletas con mucha experiencia y una buena técnica. Un drop alto con una mala técnica va a favorecer la entrada con el talón. Un drop medio o de transición ronda entre los 4-6mm y un drop bajo o minimalista es de 0-4mm, siendo éste el que más respeta una biomecánica de la pisada natural, así como un buen estiramiento-acortamiento del Aquiles y la cadena posterior.

Encontramos aquí dos tipos de calzado, el minimalista y el convencional. La técnica varía considerablemente de uno a otro a nivel de cadencia y amplitud de zancada. Casi TODO el mundo debe empezar por una zapatilla convencional, ya que el cuerpo esta desacostumbrado a gestionar los impactos y las fuerzas generadas durante la carrera por si mismo, por lo que la zapatilla es una buena asistencia. Sin embargo llegar a poder correr con un calzado minimalista va a ayudar a asimilar una técnica óptima y eficiente.

¿Qué conclusión podríamos sacar? Pues como todo, DEPENDE: Depende de cuál sea tu objetivo, tus características físicas. Lo primero, guiarte más por funcionalidad de la zapatilla que por estética, no siempre las mejores marcas tienden a ser lo mejor, déjate asesorar por un profesional que encuentre la zapatilla apropiada para ti.

Si quieres seguir aprendiendo sobre diferentes elementos que afectan a nuestro rendimiento y salud, T-Center es tu sitio.
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Artículo escrito por Jorge López, entrenador personal en T-Center. Su objetivo es enseñar a las personas las bases del movimiento y entrenamiento, ayudándoles a sacar su máximo potencial.

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